“Si eres hijo de Dios,
di que estas piedras se conviertan en pan.”
El Diablo
Unas 20 o 30
personas sentadas a la mesa, entre risas y titubeos terminando de devorar
el “texto sagrado”, fue el acto de bienvenida en la inauguración de la
muestra de los artistas franceses Clémentine Beaugrand y Antoni Collot en el Centro
de arte contemporáneo (antiguo hospital militar), que estará abierta hasta el
27 de Mayo
Digerí también unos cuantos párrafos de algún ilegible
capítulo de la biblia que impresa en hostias de formato A4 muy amablemente se le
ofrecía al visitante para que las consuma acompañada de vino; que venturosamente
no se trataba de la sangre de ningún donante amigo del arte.
Ya en la sala de
exposición, los vídeos, las fotos, los objetos y sobre todo los textos que
aquella pareja de franceses utilizan en su obra, nos recuerdan a su coterráneo más famoso en esto de hacer arte para pensar;
me refiero obviamente a Marcel Duchamp, quien empalagado de un arte amable con
los sentidos decidió hacer un arte que al contemplarlo te deje pensando y a fin
de cuentas termines preguntándote “¿qué es eso?”
No pude evitar hacerme esa pregunta en la exposición, la
misma surgió, antes que por asombro a lo inesperado, por una vaga sensación de extrañeza
ante lo común. Me vi obligado a acercarme a los textos que acompañan las obras,
recordando que en esto del arte conceptual el texto viene a resultar como el
80% del total de la obra. Así que rompiendo mi apatía propia de mal lector termino
leyéndolos, no sin dificultad, ya que no acostumbro leer textos en las paredes,
a menos que sus letras tengan el tamaño y se lean con la brevedad del grafiti.
Al acceder a las obras descubro que muchas de ellas han sido
realizadas acá en Ecuador. Los artistas juegan irónicamente tenis con la red en
la línea equinoccial. La mitad del mundo deviene en pretexto para realizar
acciones y registrarlas en fotografía o vídeo. Pero su tema central es
Heidegger y la Biblia, del primero una estructura de plástico y cinta adhesiva
hace referencia a su famosa “cabaña”, mientras que del segundo, entre otras me
llamó la atención “El Libro”; cien páginas comestibles con la totalidad de
textos de la Biblia, cubren una porción de pared. También está “Apocalipsis” que
hace referencia a la obra de Marcel Duchamp “La
novia desnudada por sus solteros” Aquí son pequeñas fotografías de novias
extraídas del internet y con las que se recubre otra porción de pared. Novias
que se quitan el velo, que se develan, de ahí el título, que literalmente
significa eliminación del velo o revelación. Las novias se muestran públicas y
obscenas, pero aún anónimas, la repetición de la imagen al infinito es su
pornográfica revelación, se anulan como singularidad y reducen a fragmentos el
deseo.
Nunca terminé del
todo mi pedazo de Biblia comestible, tan sólo el vino. Dejé atrás la sala de
exposición, sus vídeos, sus novias, su inteligente ironía, dejé de alimentarme
de sus sagrados textos, de su arte. Señales en mi organismo me decían que
podría haber una revelación en mi interior; una especie de apocalipsis
estomacal, y me fui.
La oblea (hostia), súper estar de alevosía…
ResponderEliminarbuen punto, ya lo corrijo
ResponderEliminarEl cuasi sincretismo que constituye la relación entre dos idioteces (idiotès) que son el artefacto y su hipertexto es a veces, y sin embargo probablemente, sujeto a trastorno para el regardeur (neologismo de Marcel Duchamp que significa mirador, persona que mira, propia para sustituir el término a menudo utilizado de: espectador). La experiencia presenta, bajo ciertas condiciones de uso, es decir de habitus - Pierre Bourdieu, Las Reglas del Arte – que consiste en emprender una dialéctica reflexiva a la lectura de las cédulas y respeto a las obras, puede producir lo que los Griegos llamaban con un término utilizado hoy en día todavía en los idiomas vernáculos y en otros, como el francés o el español, una migraña.
ResponderEliminarLa pinza, expresión metafórica utilizada para describir el uso de la mano en las primeras horas de la motricidad fina del niño, le servirá para realizar un movimiento de rotación analógicamente similar al de la escalera de la Villa Savoy de Le Corbusier, es decir helicoidal, y le permitirá tener acceso al contenido del contenedor, es decir la botella. En ausencia de alergia conocida al ibuprofeno y a sus derivados, usted puede - ya que eliminamos la prohibición de tocar, de tomar y de tragar, ordinariamente aplicadas en los espacios museales - hacer uso de objetos constituyendo la instalación a la que se refiere esta cédula.
Gracias por comentar y bienvenido a Ecuador.
ResponderEliminarEn cuanto me pase la migraña producida por la dialéctica reflexiva, procuraré utilizar mis pinzas para tocar, tomar y tragar todas las “idiotès” de la embriagante botellita del arte.