La plaza pública siempre fue el espacio de encuentro
cotidiano y debate político en el que los ciudadanos intercambiaban vivencias y
opiniones que a la larga le competían a todos. En la efervescencia diaria del
encuentro cara a cara se construía la ciudad; el espacio se medía por la cercanía de los cuerpos, por su
contacto y su conflicto. En la actualidad ese espacio simplemente dejó de
existir o por lo menos perdió esa cualidad política que siempre lo caracterizó.
Fue reemplazado por espacios como el centro comercial; espacios vigilados donde
los cuerpos se encuentran confortablemente seguros, ya que todos comparten un
ideal común: el consumo. En estos espacios los ciudadanos dejan de ser activos actores
políticos para ser pasivos observadores fascinados por el objeto de deseo. Es
el ciudadano de la sociedad del espectáculo y consumo. Sociedad que adora el
sonido y las luces que saturan los
sentidos, sociedad que ha llegado a expulsarnos de la plaza para sentarnos
frente a un monitor. Es ahí ahora donde se encuentran los ciudadanos, y es ahí,
en el monitor, en esa plaza virtual donde se construye la ciudad.
Hace poco, en un grupo de facebook que trata sobre temas que
competen a la ciudad (Quito) http://www.facebook.com/groups/quitoyomeapunto/
se lleva a cabo un debate sobre la pretensión municipal o gubernamental de
demoler algunos edificios del centro histórico porque resulta que son unos “mamotretos”.
TWITTER: “@MashiRafael: vamos a intervenir y demoler edificios para recuperar y
mejorar el centro histórico de Quito #Enlace316”
El hecho es que de alguna manera me sentí aludido con el
tema a debatir y entonces quise ser parte del bullicio de aquella plaza o red
social. Unos a favor, otros en contra y otros… todos intercambiando opiniones a
saltos de texto en el cara a cara de la imagen de perfil…
Personalmente considero que el valor histórico de una edificación no viene
dada por el exquisito gusto estético de la autoridad de turno, no se le llama
centro histórico únicamente porque muestre hermosos vestigios del pasado
colonial, sino, es histórico porque muestra todos los períodos ideológico-sociales
por los que ha pasado la ciudad desde que es ciudad. Sus edificaciones son
testimonio de esos períodos. Ningún edificio aparece de la nada, todos responden
a un convenio social y develan una manera de pensar y de hacer. Nos guste o no
nos guste, los edificios que pretenden ser demolidos muestran la manera de
pensar de los años 50´s o 60´s. en ésta ciudad. Pretender eliminarlos simplemente
porque son “feos” me parece un acto de suprema arrogancia y desprecio hacia la
memoria histórica de la ciudad. Irónicamente se actuaría con la misma actitud presuntuosa
con la que actuó el período al que se critica: el moderno.
…Como todo lo que
acontece en la red, éste debate también está condenado a la desaparición y el
olvido, es efímero. Pero no se puede negar que por unos momentos los ciudadanos
se encontraron; saltaron y bailaron, tal vez en círculos y sin pareja, y tal vez frenéticamente como en un pogo en plaza
pública.
No hay comentarios:
Publicar un comentario